El Panqué de Elote que Desaparece en Minutos: Tradición Casera, Fácil, Esponjoso y ¡en Licuadora!

Si hay un aroma que define a un hogar mexicano, es el del elote recién horneado. En casa, este panqué es el favorito absoluto; nos encanta tanto que siempre nos lo comemos completo el mismo día.
Lo mejor de todo es que es una receta muy fácil de hacer, sin complicaciones y con ese sabor auténtico que solo los ingredientes naturales pueden dar.
Ingredientes

- 1/2 kilo de granos de elote natural (aprox. 4 a 5 elotes desgranados).
- 5 huevos.
- 120 grs de mantequilla sin sal (derretida y a temperatura ambiente).
- 120 ml de leche.
- 3/4 de taza de azúcar.
- 2 cucharadas de harina de trigo (o de arroz para una textura más tersa).
- 1 cucharadita de polvo para hornear.
- Una pizca de Sal La Fina (el secreto para potenciar el sabor del elote).
Preparación

Antes de empezar, precalienta tu horno a 180°C. Toma tu molde para panqué, engrásalo con mantequilla y enharínalo perfectamente para que no se pegue ni una migaja.
Coloca los granos de elote, los huevos, la mantequilla, la leche, el azúcar y la harina en la licuadora. Agrega el polvo para hornear y la pizca de Sal La Fina.
Muele todos los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea.
Tip: si te gusta sentir los trocitos de elote, no muelas por demasiado tiempo.
Vierte la mezcla en el molde y hornea a 180° C durante 45 a 55 minutos. Sabrás que está listo cuando al insertar un palillo, este salga limpio y el aroma inunde tu cocina.
Decoración
Una vez frío, puedes espolvorear un poco de azúcar glass por encima o decorar con unos cuantos granos de elote dorados en mantequilla para un toque gourmet.
Puedes incluir unos frutos rojos, hojitas de menta o lo que tu creatividad te diga.
Servir

Este panqué es el compañero ideal para:
- Una taza de café de olla calientito.
- Un chorrito de leche condensada por encima si te gusta más dulce.
- Una bola de helado de vainilla o cajeta para un postre de domingo.
No hay nada como el sabor de lo hecho en casa con amor.
Prepáralo hoy mismo y comprueba por qué en mi familia no sobrevive ni una rebanada para el día siguiente.