El decidir qué regalar puede ser tan complicado cómo elegir a un amigo. Los obsequios generalmente los hacemos porque nos nace hacerlos, no hay una regla que diga que es obligatorio dar un regalo. Sin embargo, tampoco existe una regla sobre cuándo hay que obsequiar algo; y es que el simple hecho de dar un presente puede ser por el puro gusto de ver a alguien feliz, lo conozcamos o no; por ejemplo: puedes dar obsequios a los niños de la calle o un orfanato en el día del niño, sabes que los harás felices pero no los conoces. O, podrás entregar el anillo de compromiso porque ese momento es el que tú decidiste entregarlo. Por otro lado, existen fechas más específicas como los cumpleaños, aniversarios, Baby shower, etc en los que se recomienda entregar un regalo, más no es una obligación.
Compromisos.
Se consideran compromisos cuando no existe una celebración como tal pero es necesario por cuestión social o de relaciones públicas dar un obsequio. Por ejemplo: cuando el novio va a conocer a los papás de la chica con la que sale, se recomienda llevar flores a la futura suegra. Puede ser una forma galante de ganarse a la señora. O cuando vas a conocer a la familia de algún cliente o de algún socio comercial, en ese caso puedes llevar una botella de vino o una caja de trufas o chocolates.
Existen muchos compromisos con los que vale la pena presentarnos con un detalle. Otro ejemplo es cuando alguien nos ha hecho un favor y como agradecimiento puedes darle algo que represente tu agradecimiento, puede ser en base al favor que te hayan hecho, como conseguirte empleo como chef en un restaurante y puedes invitarlo a tu casa y preparar algo que tu hayas hecho. O simplemente un regalo que sepas que le va a gustar de manera personal (no íntima como ropa) La idea es que se note que eres una persona que es detallista y agradecida.
Obsequios por logros
Muchas veces cuando alguien ha conseguido una meta también vale la pena darle un aliciente, no siempre tiene que ser costoso o voluminoso, simplemente puede ser un detalle que apoye los logros obtenidos. Algunos papás de adolescentes les compran un automóvil cuando terminan algún grado escolar en particular y eso puede ser un gran aliciente cuando se cuenta con el capital. El compensar una meta con un deseo puede ser una forma de reafirmar el apoyo y el orgullo que se tiene por ese logro. Por ejemplo: si un hijo o sobrino ha logrado llegar a los primeros 3 lugares en las competencias de caminata del estado podemos obsequiarle los tenis que tanto quiere. O cuando nuestros pequeños han aprendido a patinar o andar en bicicleta se les puede impulsar obsequiando un pequeño juguete. El obsequio debe de ir en proporción de la cercanía con la persona y la edad. Un director de teatro puede invitar a su elenco a celebrar en un restaurante después de su ensayo general o cuando han firmado por su primera gira fuera de su ciudad.
Artículo escrito por: Martha Aline De la Fuente
Mtra. Consultora en Imagen Pública.