Puede sonar a broma, sin embargo, es una situación muy real. Las emociones que se viven en el momento del parto, el cansancio y el estrés son algunos de los muchos factores que pueden generarnos un desmayo en el momento del parto.
Jamás sabremos como vamos a reaccionar ante esta avalancha de emociones. Es por ello que muchos papás deciden no entrar al quirófano. No se angustie, entre si lo permiten los doctores, ellos sabrán qué hacer si usted no puede tolerar tanta felicidad en ese momento.
No se presione si no asiste en el nacimiento, nadie se lo reclamará.
El desmayarse no es sinónimo de debilidad, es un exceso de “todo”, sensaciones y sentimientos indescriptibles que solo usted puede vivir, nadie más.
Disfrute el momento. Aunque usted no haya llevado al bebé en su interior todos estos meses, no quiere decir que tenga que perderse la experiencia de pujar, respirar, emocionarse y escuchar a su bebé por primera vez.
Y si se desmaya, ya tendrá qué contarle a sus hijos el resto de sus vidas.
Artículo escrito por: Martha Aline De la Fuente
Mtra. Consultora en Imagen Pública.