Alergia a la Proteína de Leche de Vaca, Un Tema Complicado
La Alergia a la Proteína de Leche de Vaca es difícil de reconocer, pero su diagnóstico exacto y temprano evitará dietas inadecuadas y disminuiría el riesgo de complicaciones tales como la detención en peso y talla y ayudará a su buen desarrollo neurológico.
¿Qué es la alergia a la proteína de leche de vaca?
Es una de las más frecuentes y de presentación más temprana en bebés. Significa que el sistema inmunológico (el que nos protege contra infecciones o agentes nocivos) reacciona adversamente cada vez que tiene contacto con algún alimento que contenga ésta proteína (no se presenta solamente por ingerir leche, algunos alimentos derivados o preparados con ella, pueden disparar la respuesta alérgica), pues el cuerpo la identifica como algo dañino y la ataca manifestándose en inflamación en cualquier órgano de tu bebé.
¿Cómo se identifica?
Aunque hay varios síntomas asociados, los más frecuentes son:
Tracto gastrointestinal: Regurgitaciones frecuentes, vómito, diarrea crónica, constipación (con/sin erupción perianal), colitis severa (cólicos muy fuertes), sangre en excremento y anemia con deficiencia de hierro.
Piel: Dermatitis atópica, hinchazón de labios o párpados; y urticaria no relacionada a infecciones graves, consumo de drogas u otras causas.
Tracto respiratorio (sin relación con infección): escurrimiento nasal (otitis media), tos crónica y sibilancias (silbido al respirar). En ocasiones dificultad para respirar.
General: sufrimiento persistente o cólicos, mal aprovechamiento escolar, detención en peso y talla y/o bajo tono muscular.
¿Debe tener todos los síntomas?
No. Estos síntomas pueden combinarse, por ejemplo, una forma frecuente de presentación tardía es: niño chaparrito, con moco y tos crónica que sufre constantemente de estreñimiento y/o diarreas alternantes.
¿Mi bebé vivirá siempre con alergia a la proteína de leche de vaca?
Aproximadamente el 80-90% de los niños superan las alergias alimentarias de forma natural hasta los 5 años; siempre y cuando y como condición más importante, se le retire al bebé TODO contacto con ésta proteína. Con el tratamiento adecuado puedes ayudar a reducir la duración de ésta enfermedad.
¿Cuáles son sus complicaciones a largo plazo?
Sin el tratamiento adecuado o si se persiste en dar probaditas de leche o sus derivados, con la idea de que “sólo fue una vez y muy poquito”, en un futuro éstos bebés pueden presentar eczema (tipo muy severo de dermatitis o inflamación de la piel, que puede originarse en el área del pañal confundiéndola con rozaduras severas), alergias alimentarias de otros tipos de alimentos, rinitis (inflamación de la mucosa nasal caracterizada por estornudos frecuentes, salida de moco constante, ronquidos en la noche y respiración constante por la boca) y finalmente asma bronquial (inflamación crónica y severa del tracto respiratorio).
¿Como se diagnostica?
El diagnóstico se realiza en 2 fases: primero retirar todos los lácteos por 3 semanas (lo que tarda en desinflamarse el intestino) y agregar hierro en la dieta, entonces notarán mejor humor en el niño y come más; después de las tres semanas, se hace una prueba terapéutica (de desafío) donde se le vuelve a dar leche y vemos su tolerancia. La segunda fase es realizar pruebas cutáneas (muy confiables) y sangre (no confiables antes de los 4 años de edad y dependiendo el tipo de prueba). Puede realizarse una endoscopía de inicio y tomar biopsias, esto dependerá de la severidad de los síntomas.
¿Hay tratamiento?
El tratamiento definitivo es retirar todo tipo de lácteos de la dieta. El tratamiento de apoyo depende de la severidad de los síntomas y de la edad del paciente. En caso de no mejoría, se enviará al gastroenterólogo pediatra parta su estudio y tratamiento.
¿Mi bebé puede seguir con leche humana (seno materno)?
Si. Siempre y cuando la mamá se adapte ESTRICTAMENTE a una dieta libre de lácteos (leche) y sus derivados (yogurt, queso, crema etc.), así como de otros alimentos que por sus propiedades, pueden confundir al sistema inmune de los bebés, despertando una respuesta alérgica.
¿Cuál es la fórmula adecuada?
Existen muchas fórmulas (de origen vegetal o animal) que controlan los síntomas, sin embargo no todas ayudan a superar el padecimiento en menor tiempo. Hay fórmulas extensamente hidrolizadas, es decir, que rompieron las proteínas en cadenas muy pequeñas de aminoácidos (los aminoácidos son las unidades que en conjunto forman tanto proteínas, hormonas, etc), éstas pequeñas cadenas de proteínas no despiertan la respuesta alérgica a la proteína de leche. En ocasiones éstas fórmulas tampoco son suficientes, por lo que hay fórmulas de aminoácidos o vegetales (sin ninguna relación con la leche de vaca).
Con la fórmula adecuada (ésta varía en cada bebé y por eso es tan difícil encontrar la adecuada para el tuyo), aproximadamente el 80% superan la alergia a la proteína de leche de vaca en 1 año (siempre y cuando no estén dando esas probaditas con alimentos con leche, como galletitas).
¿Saben rico éstas fórmulas?
No. Todas las formulas hidrolizadas, de aminoácidos o vegetales, tienen un sabor amargo. Lo importante es encontrar la mejor fórmula para tu bebé lo antes posible, tanto para reducir los síntomas rápidamente como para aprovechar que la inmadurez de las papilas gustativas antes de los 3 meses de edad, reconozcan el sabor amargo y les sea más fácil aceptarlas.
Si lo notas incómodo o no quiere comer, ten mucha paciencia, apóyate en tu doctor y sobre todo no abandones el tratamiento, le tomará sólo unos días adaptarse al sabor de la fórmula. Así que por muy difíciles que sean esos días, mantén presente que estás dándole la única fórmula que ha demostrado acelerar su recuperación y reducir otras manifestaciones de alergia.
¿Qué precauciones adicionales puedo tomar?
CASA: Es importante evitar la contaminación cruzada: utiliza cubiertos y utensilios que sólo use tu bebé y no los mezcles con los del resto de la familia.
FUERA DE CASA: Mantente siempre alerta e infórmale sobre su padecimiento a la gente con la que convive, para que eviten darle algo que le provoque alergia.
RESTAURANTES: Es recomendable siempre leer la lista de ingredientes de los productos.
ETIQUETAS: Deberás hacerte una experta en leer las etiquetas de los productos que compres para el consumo en casa. Si en las etiquetas dice: puede contener leche, pueden contener caseína de leche, fue producido en un recipiente donde se prepara leche o simplemente dice contener leche, evita esa marca/producto.
Artículo escrito por Dr. Carlos Armenta. Pediatra, Neonatólogo, Mtro. Neonatólogo y Mtro. Administración y Dirección de Hospitales. Neurología Neonatal.