Todos los recién nacido buscan succionar, es una necesidad fisiológica. Además de buscar alimentarse, algunos bebés chupan sus pulgares o sus manos para tranquilizarse, los hace sentir confortables en el nuevo mundo.
¿Son necesarios?
No, no lo son. En ocasiones ayudan tanto al bebé como a los papás a calmarse.
¿Cuáles son los aspectos que debo conocer antes de decidir usar el chupón?
1) No debes usarlos para retrasar o cambiar los alimentos.
2) No los sujetes con un cordón a la cuna, carriola, mano o cuello del bebé.
3) No uses los chupones que son de 2 piezas, pueden causar ahogamiento.
4) Antes de usarlo, primero trata de averiguar si hay alguna situación que resolver para calmar a tu bebé (pañal sucio, hambre, frío, soledad, etc.). Entendemos que como padre, el ver llorar a tu bebé también te alterará, pero no uses el chupón como primera opción para calmarlo.
5) No lo obligues a usarlo, algunos bebés no lo requieren nunca.
6) Acostúmbralo primero al seno materno, y ya bien establecido, puedes usar el chupón (ver controversia abajo).
7) Un bebé que quiere succionar puede busca calorías (tener hambre). No lo uses en bebés que no incrementan peso adecuadamente.
8) No lo uses si tu niño tiene reflujo moderado a severo ya que puede incrementar la producción de ácido gástrico y favorecer la presencia de eventos de regurgitación.
¿Causan daño?
No se ha demostrado que causen problemas médicos o psicológicos.
¿Cómo se limpian?
Se han usado muchas formas de limpiarlos. Puedes lavarlos con agua y jabón, utilizar toallitas desinfectantes no tóxicas y especiales para chupones, hervirlos, etc. Hay estudios que promueven “limpiarlos” con la boca de la mamá, es decir, usar la misma saliva de la mamá. Se ha observado que cuando la mamá limpia así los chupones, se pueden disminuir el número de síntomas de alergia, ya sea por alimentos o respiratorias (http://www.aap.org/en-us/about-the-aap/aap-press-room/Pages/Saliva-Can-Clean-Dirty-Pacifiers-and-Reduce-Allergy-Risk.aspx).
¿En qué ayudan?
Pueden calmar a un bebé irritable. Pueden ayudar a conciliar el sueño. Ayudan a calmar a bebés cuando lo necesitamos (viajes, trabajo, cine, etc.). Son fáciles de retirar. Se ha visto que disminuye el riesgo de síndrome de muerte súbita si se deja dormir al bebé con chupón. http://www.sanayhermosa.com/2013/07/sindrome-de-muerte-subita-del-infante/
¿Son perjudiciales?
Aunque hay controversia, el uso de chupones puede disminuir el gusto por la lactancia materna(Algunos estudios refutan totalmente ésta aseveración). Pueden incrementar el riesgo de infecciones de oído (igual que tomar leche de un biberón con el niño acostado horizontalmente, sin levantar la cabeza). Dependencia transitoria al chupón o alguna otra cosa (cobijita, juguete, etc.). En ocasiones retrasan un poco el habla, al retirarlos los niños inician a hablar espontáneamente.
¿Causa malformación en los dientes?
No. Ningún estudio ha demostrado que cause cualquier tipo de malformación facial. Eso sí, puede favorecer la caries, sobre todo si se usa con caramelo para calmar más rápidamente a un bebé.
¿Hasta qué edad lo usan?
La mayoría lo dejan solos entre los 2 y 4 años de edad. Otros necesitan que les ayudes a quitarlos.
¿Cómo puedo quitárselo si ya está acostumbrado?
Puedes canjearlo por un libro o un juguete, o si ya entiende, haz una ceremonia de adiós o tómale una foto tirándolo a la basura (deja que tu niño lo haga) y así cuando te lo pida, le enseñas la foto y le recuerdas que él quiso ser grande.
No trates de quitarle el hábito en situaciones de angustia o cambios en la vida de tu hijo (ingreso a la escuela, viene un hermanito, cambio de casa). Espera a que entienda a que es tiempo, motívalo a hacerlo, convéncelo que puede ingerir gérmenes y del daño que causan a los dientes y encías, o a su mano. Utiliza un sistema de recompensas, no de regaños; recuerda, tú le diste el chupón. Ocúpale sus manitas en diversas actividades (manualidades).
¿Es lo mismo chuparse el dedo?
Prácticamente sí. La gran diferencia es que la mayoría, por sí solos, deja de chuparse el dedo entre los 6 y 8 meses de edad.
Artículo escrito por: Dr. Carlos Armenta
Pediatra – Neonatólogo – Mtro. Administración y Dirección de Hospitales