¿Es muy difícil cuidar a un bebé recién nacido?
La primera pregunta sin duda. Todas las próximas mamás y papás no saben si están listos o no. Si fuera tan difícil, la humanidad hubiera dejado de existir hace muchos siglos, básicamente los bebés se dan solos. Sólo tienes que seguir ciertas pequeñas reglas que tu pediatra te dará conforme vaya creciendo tu bebé, por eso las revisiones mensuales son tan importantes.
¿Y si viene con una enfermedad o malformación?
La ventaja actualmente es que, gracias a la medicina perinatal, las enfermedades graves o malformaciones son raras en los primeros meses de vida. En caso de presentarlas, los neonatólogos y neuroneonatólogos estaremos ya preparados para darle el mejor inicio posible.
¿Es muy cansado?
Sí, pero vale muchísimo la pena. Hay mucho que estudiar e investigar desde que estás planeando a tu bebé. Un recién nacido traerá un remolino de actividad y emociones a tu hogar, así como un montón de estrés y fatiga.
¿Tengo que hablarle diario al pediatra?
Al principio así lo querrás, hasta a veces querrás que viva cerca. Lo primero como siempre es calmarte y documentarte lo más que puedas. Como te mencioné, hay ciertas reglas que seguir y todo saldrá muy bien.
¿Cuáles son esas reglas?
- Cuídate a ti misma. Come sano y descansa lo mejor que puedas. Lleva a tiempo todas tus citas, primero con el ginecólogo y después con el pediatra. Lee y haz actividades que te motiven.
- Platica siempre con tu pareja, no te guardes ningún sentimiento bueno o malo. Involúcralo en tus actividades de mamá. Disfruta a tu pareja. Nunca descuides a tus otros hijos, dales amor y mantén la unidad familiar.
- Lávate las manos cada vez que puedas. No sólo protegerás a tu bebé, sino a toda tu familia, ya que las manos son la principal fuente de contagio de resfriados y otras enfermedades. Si se te resecan mucho, siempre puedes colocarte una crema humectante.
- No te preocupes por el cordón umbilical, se cae solo y no puede volverse a abrir. Jamás se desangrará un bebé por ahí, excepto por que lo arranques. (lee más sobre los cuidados del cordón umbilical aquí)
- Despreocúpate de las molleras, no se caen. Vigila sólo que tu bebé esté comiendo adecuadamente y orinando regularmente. Lee más sobre las fontanelas aquí
- El hipo es un reflejo normal de los bebés, se debe a que el diafragma (músculo que divide el tórax y abdomen) está madurando y para esto debe contraerse con el hipo o el llanto. Es el principal músculo encargado de la respiración.
- Establece en su medida horarios de alimentación, no deben ser completamente rígidos, sobre todo si amamantas con el seno materno exclusivo. Lee más sobre las mejores respuestas sobre el seno materno aquí
- Los cólicos aparecen a partir de la tercera semana de vida y son muy raros en los niños. Tienen características y horarios especiales, y aunque no sabemos la causa exacta, sabemos curarlos. Que no te aflijan. Acude con tu pediatra si sospechas que tu hijo los padece. Lee más sobre el cólico del lactante aquí
- Cuando tu bebé duerma, también duerme un rato. Sus demandas no tienen horario, así que aprovecha cuando esté dormido. Túrnate en las noches con tu pareja para cuidarlo. Durante el primer mes, un bebé duerme hasta 18 hrs en un día, no las duerme seguido.
- Un bebé no puede estar en lugares públicos o de viaje hasta después de los 2 meses de edad y con la vacuna de polio ya aplicada.
- Cuando tu bebé no pare de llorar, recuerda que no implica que seas una mala madre o un mal padre. Trata de descubrir qué te está tratando de decir tu hijo. Si todo falla, recuerda que con el tiempo las cosas andarán mejor. Cuando cumpla tres meses, confía en lo que te digo: tu bebé llorará cada vez menos. Aguanta y si en algún momento ya no soportas el llanto, deja a tu hijo en su cuna durante unos minutos para que te puedas calmar, no lo abandones velo desde una distancia que te permita clamarte.
- Cuando tu bebé esté despierto, acostúmbralo a estar sobre su barriga (boca abajo) para que fortalezca sus brazos, cuello y espalda. No lo dejes sin supervisión mientras esté boca-abajo.
- Cuando cambies el pañal de tu bebé, antes de quitárselo coloca uno limpio debajo de la colita de tu hijo. Esto te ayudará a cambiar el pañal con más rapidez y si sucede un “accidente”, caerá sobre el pañal.
- Ten en orden la pañalera. Descarga la lista de accesorios de la pañalera aquí.
- Cuando salgan los dientes, puede presentar moquitos, tos flemosa, fiebre (no muy alta, pero difícil de controlar), estar de mal humor, sin hambre y evacuar diarrea ácida. Puedes darle paracetamol para que se sienta mejor. La dosis te la dará tu pediatra. Lee más sobre la boca y los dientes de tu bebé aquí
- Cuando prepares papillas caseras para tu bebé, haz más porciones de las necesarias, para que puedas congelarlas. Lee más sobre Preparación y Guardado de Alimentos para Bebés aquí
- No uses andaderas ni brincolines. No pongas de pie a un bebé jugando, primero debe gatear mínimo dos meses antes de que se pare (idealmente después de los 12 meses de edad). Lee más sobre el gateo aqui
- Ponle todas las vacunas, hasta las que no vienen en la cartilla de vacunación. No es un gasto, es por su seguridad.
- Saca fotos por lo menos una vez al mes. No te vas a dar ni cuenta y tu bebé ya estará por cumplir un año. Créeme que a uno se le olvida lo chiquito que es un recién nacido, cómo se ve tu hijo sin dientes o las muecas que hace cuando prueba una papilla de verduras.
- No mires el ser padres como una competencia. Ama a tu hijo tal cual es y deja de comparar a tu bebé con el de tu amiga o familiar. Algunos niños gatean antes, otros después; algunos comen muy bien, otros, muy poquito. Sin embargo, al final de cuentas, tu hijo es un ser único y muy especial que merece ser valorado y querido por sí mismo. Déjalo ser un bebé.
Algo muy importante, quizás lo más importante, disfruta éste momento tan corto.
Artículo escrito por: Dr. Carlos Armenta
Pediatra-Neonatólogo – Neurólogo-pediatra