La oclusión tubaria bilateral consiste en ligar y cortar las trompas uterinas (salpinges) evitando la fertilización (unión óvulo y espermatozoide). Este método se realiza con fines anticonceptivos y debe ser considerado definitivo. Es elegido por mujeres que ya no desean tener más hijos. Sin embargo, alrededor del 14% de ellas buscan de nuevo un embarazo, principalmente por la pérdida de un hijo o por tener una pareja nueva.
Para estos casos existen dos opciones.
La primera consiste en una cirugía reconstructiva que une los extremos de las trompas uterinas (reanastomosis tubaria). La segunda es recurrir a una técnica de reproducción asistida de alta complejidad, llamada Fertilización In vitro, que consiste en administrar medicamento hormonal para que la mujer madure más de un óvulo (entre 4 y 14) y extraerlos bajo sedación anestésica por vía trasvaginal. Este proceso tiene una duración de 10 minutos aproximadamente y durante las siguientes horas se llevará a cabo la unión del espermatozoide y óvulo en el laboratorio, de ahí el nombre del procedimiento. De tres a cinco días después, se regresan entre uno y tres pre-embriones al útero, proceso denominado transferencia embrionaria.
En la primera opción, la recanalización tubaria, cada mes la paciente tendrá oportunidad de buscar el embarazo. Es importante saber que no se puede realizar en quienes quitaron el extremo final de la trompa (fimbria), ya que es indispensable para capturar el óvulo liberado por el ovario. Esta cirugía tiene un costo elevado y puede existir un daño permanente en la función tubaria, ocasionando el doble de riesgo de presentar embarazo ectópico (que se implante el embrión en la trompa). Las tasas de embarazo van del 30 al 60% y existe un incremento dependiendo del tiempo transcurrido desde la cirugía (la tasa máxima se alcanza a los 48 meses). Esta puede ser una opción para mujeres jóvenes (menores de 35 años), ya que a partir de ese momento inicia el declive en la función reproductiva de la mujer. Por último, en este método la pareja debe tener una buena calidad espermática e idealmente fertilidad comprobada.
En la segunda opción, la Fertilización In vitro, alrededor del 60% de las mujeres logran el embarazo., independientemente de la calidad espermática. Este es un factor relevante al momento en que el deseo de un nuevo embarazo se da por cambio de pareja y frecuentemente en mujeres mayores de 35 años. Con este procedimiento también se podrá observar la calidad de los óvulos y la presencia o no de fertilización (unión óvulo-espermatozoide). Hay que considerar la posibilidad de que se tengan más de tres pre-embriones el día de la transferencia embrionaria, existiendo la opción de congelarlos (criopreservación) y preservarlos.
La opción ideal dependerá de las características de la pareja y de la correcta evaluación que haga el médico de ella.
Artículo escrito por: Dr. Sergio Estévez
Ginecólogo / Biólogo de la Reproducción Humana
Director de Diagnóstico y Tratamiento en Salud Reproductiva
Director de Ob´s