No existe un tipo de preparación vaginal o alimentación que sea considerablemente efectivo. Antes se empleaba modificar el PH vaginal con duchas previas a las relaciones sexuales, que contenían bicarbonato de sodio o vinagre para favorecer a los espermatozoides de un sexo en específico, pero su efectividad es casi nula, además de ser incómodo para la paciente.
Lo que sí está demostrado es que el espermatozoide masculino es mucho más lábil que el femenino, por lo que si se desea una niña hay que tener relaciones sexuales lejos de los días de la ovulación. Cuando lo que se busca es un niño, es necesario detectar el momento exacto de la ovulación, para tener un mayor número de espermatozoides masculinos vivos. De aquí que no sea casualidad que en gran parte de los embarazos no deseados, sean niñas. Sin embargo, también la efectividad es baja.
Al acudir a una Unidad de Reproducción Asistida, se puede hacer selección de sexo mediante las siguientes técnicas:
1. A través de una inseminación artificial. Mediante una centrifugación en el laboratorio de los espermatozoides, los del sexo femenino pesan más, por lo que se toma una muestra del fondo y de la superficie si es sexo masculino lo que se está buscando. Tiene una efectividad del 60 % y no es un procedimiento muy costoso.
2. Biopsia pre-implantación o PGD. Consiste en tomar una célula del pre-embrión, donde se examina para ver su integridad cromosómica y el sexo al que pertenece. Este procedimiento tiene una efectividad del 100 % y es costoso ya que se realiza una fertilización in vitro y una biopsia de blastómera. Es importante señalar que esta técnica se emplea en parejas que padecen una enfermedad hereditaria ligada al sexo, es decir, que solo la padecen hombres o mujeres, así que se tiene que embarazar del sexo en el cual el bebé no padecerá esta enfermedad. Un ejemplo es la hemofilia.
Artículo escrito por: Dr. Sergio Estévez
Ginecólogo / Biólogo de la Reproducción Humana
Director de Diagnóstico y Tratamiento en Salud Reproductiva
Director de Ob´s