¿Cómo te sientes cuando recibes un regalo de alguien que te quiere? Y, ¿cuándo es de un familiar querido?
Pero, ¿sabías que hay niños y personas mayores que no tienen familia que les regale cosas? Ahora, piensa… Y si tú les regalas tus cosas a esas personas, ¿cómo se sentirían? Imagina… Una persona que no conocen y que les regale cosas llenas de amor y recuerdos… ¡Tú!.. Tú puedes ser esa persona que los llene de amor y de cosas bonitas y cuidadas. ¿A qué me refiero? Tú puedes donar tus cosas que ya no usas o que no te quedan. Existen personas que necesitan de tu apoyo y de esas cosas que piensas tirar. ¿Qué te parece si en vez de tirar la ropita de tu bebé se la das a una casa hogar? O, que en vez de tirar tu ropa de embarazada que ya no vas a usar y que está casi nueva se la das a la hija de la señora que te ayuda a limpiar la casa y que está embarazada.
Existen muchas personas que necesitan de esos objetos que te llenaron de alegría pero que ahora ocupan un espacio necesario en tu hogar. Desafortunadamente no podemos guardar todo y tenemos que “hacer algo” con esas cosas. ¡Puedes donarlas! ¿A quién? Piensa en la gente que tienes a tu alrededor. Puede ser una prima que necesita ropita de bebé porque está esperando a su primer hijo y le encanta lo que tú le compraste a tu hijo hace 3 años. O puede ser la chica de intendencia de tu oficina que le queda esa ropa que tú dejaste porque bajaste de peso.
También existen guarderías de gobierno o de bajo presupuesto a quienes puedes donarles muebles y juguetes. Están las casas hogar u orfanatos que necesitan prácticamente de todo.
Para la ropa y accesorios de mujeres puede donarlos en el DIF o delegaciones que se encargan de entregar lo necesario.
Siempre hay alguien a nuestro alrededor que necesita de nuestro apoyo, pueden ser personas de escasos recursos o tu mejor amiga que no le cae nada mal una ayudadita.
La cosa es que no tires lo que ya no vas a utilizar, encuéntrale un dueño, alguien que sepas que le va a dar el mismo uso que tú, el mismo cuidado que tú tuviste, la misma ilusión que nació en tí y el mismo amor con el que tú lo usaste. Verás que bien te sientes cuando ayudas a alguien de manera desinteresada.
Artículo escrito por: Martha Aline De la Fuente
Mtra. Consultora en Imagen Pública.