El melasma o paño se le conoce también como cloasma, máscara del embarazo o manchas faciales del riñón o hígado. Y sin embargo, pese a lo que se cree no es correcto pensar que es una enfermedad del hígado o riñón, ni por consumir café en exceso o tener una mala nutrición. El melasma se presenta como manchas de color café oscuro o gris que “pintan” principalmente la cara en las zonas de la frente, mejillas, nariz, mentón, líneas de la mandíbula y zona del bigote.
Se presenta en todos los tipos de piel pero son más propensas las pieles morenas ya sean claras u oscuras. Puede ser gente latina, asiática, hindúes, norafricanos, mediterráneos o incluso gente que tiene historial familiar con melasma. Lo pueden padecer hombres, hasta un 10% del total de los casos en mujeres con melasma. Y aproximadamente un 65% de las mujeres embarazadas son afectadas por esta condición, debido a la combinación “hormonas – radiación de la luz solar” ya que en esta etapa la piel se vuelve más vulnerable en cuanto a la producción de melanina, que es la encargada de dar color a nuestro cabello, ojos y piel. Estas manchas surgen durante el segundo o tercer trimestre del embarazo.
Se desconoce la causa exacta del por qué aparece el melasma pero se asocia a la exposición a los rayos solares (que aumentan la producción de melanina), por herencia familiar, anticonceptivos, embarazo, menopausia, medicamentos no prescritos, anticonvulsionantes. tiroiditis, computadoras, máquinas generadoras de calor, o de luz, sauna, vapores y otras más.
El melasma puede llegar a convertirse en un problema médico estético ya que afecta en la autoestima de los que la padecen, pues genera desconfianza y evita un buen acercamiento a nivel laboral o social. Muchas personas que tienen melasma padecen depresión por lo que su problema dermatológico pasa a convertirse en un problema psicológico.
Existen tratamientos dermatológicos que son los únicos que realmente funcionan. Para tener un tratamiento preciso deberá de evitar automedicarse ya que algunos medicamentos no son para todas las personas y pueden empeorar la situación. Será un dermatólogo quien se encargue de sacar adelante a las personas que padezcan melasma. Es indispensable entender que el melasma es una enfermedad que no se puede curar, pero sí se puede controlar o disimular en un gran porcentaje. Incluso, hay personas que han eliminado, o creen que han eliminado el problema y cuando se confían y dejan el tratamiento (o simplemente la protección solar) vuelven a padecer del mismo problema.
Algunas manchas llegan a cambiar a un color azul y eso solo lo puede solucionar un dermatólogo y de ningún modo es bueno que cambie de color. El tiempo que tarda en desaparecer o aclarar las manchas dependen de cada persona y de la constancia y paciencia que se tenga contra este mal. Todas las personas son diferentes, se han detectado mujeres que una vez que terminan su embarazo o su tratamiento hormonal eliminan las manchas sin ningún tratamiento, sin embargo, es un número tan reducido de personas que son afortunadas que pareciera un “milagro”. Existen otras personas que una vez terminado su tratamiento anti melasma, vuelven a verlo reaparecer. Lo ideal es tratarse a tiempo, una vez que se ha detectado una mancha por transparente o pequeña que sea, se deberá de acudir con un dermatólogo para que proporcione el tratamiento adecuado a su condición de salud. Evítense los tratamientos caseros o la automedicación, nunca son buenos, ni para el melasma ni en ninguna otra enfermedad.
Los tratamientos más comunes son los que contienen hidroquinona pero deben de ser supervisados constantemente por un especialista de la piel ya que se adelgaza la piel y puede llegar a ser peligroso si se autoreceta.
La protección contra el sol aplicando bloqueadores solares con protección del 30 o mayor son los ideales aun cuando no se vaya a tener exposición al aire libre o se esté nublado. El uso de sombreros, sombrillas y gorras es recomendable, incluso cuando se quede bajo la sombra.
No se utilicen cremas milagrosas (ya que de milagrosas o recomendables, nada tienen), no permanezca en lugares muy calientes o muy fríos, evite frotarse demasiado la piel, exfoliarse constantemente o rascarse, esto puede aumentar la pigmentación.
Algunos tratamientos de cabina pueden ayudar a aclarar las manchas: luz pulsada, láser, peelings, entre otros, pero deberán de hacerse en lugares calificados o recomendados por su médico o dermatólogo.
Existen algunas medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo de padecer melasma. Entiéndase que no existe un tratamiento que evite este padecimiento al 100%.
Evite la exposición al sol, especialmente si está embarazada y ya tiene alguna manchita, si ha tenido melasma en el pasado o está bajo algún tratamiento hormonal.
Si va a estar bajo el sol aplique protección solar mayor al 30 y reaplique cada 2 hrs.
Utilice sombreros, sombrillas y gorras.
Evítense las cámaras de bronceado o estar sentado junto a una ventana demasiado tiempo, algunos rayos ultravioleta pueden traspasar los vidrios.
Evite los climas extremos que puedan resecar su piel. Hidrátela constantemente. No se rasque o toque la cara constantemente.
Artículo escrito por: Martha Aline De la Fuente
Mtra. Consultora en Imagen Pública.