Berrinches

¿Cuándo son más frecuentes?

Pueden darse a toda edad, incluidos adultos. En los niños, se presentan mayormente entre los 12 y 48 meses de edad.

¿Qué son?

Son la manifestación física y repentina de un enojo o frustración muy grandes. Su duración es variable, pero va disminuyendo de intensidad despacio.

¿Por qué se dan?

Dicha frustración puede deberse a que no consiguió lo que quería, se le terminó algo que no quería que se terminara, no logra hacer lo que debía o simplemente hacer que sus padres le pongan más atención, ya que está cansado, tiene hambre o ya se aburrió.

¿En qué género son más recuentes?

No hay distinción, igual se presentan en niños que en niñas.

¿Son normales?

Sí. Son parte normal de desarrollo de la personalidad de cada individuo, aunque no se presentan en todos los niños. Son una respuesta cuando algo bloquea a tu hijo para ganar independencia o aprender una habilidad.

¿Por qué se presentan?

Después del año de edad, los niños requieren mayor independencia, y es por eso que creen que merecen todo o pueden lograr más de lo que sus habilidades les permiten. Al no lograr una u otra cosa, se frustran y empieza el berrinche.

¿Cómo afecta el comportamiento de los padres?

Los berrinches se presentan más frecuentemente cuando los padres se vuelven más exigentes por cosas sencillas o ceden siempre a las demandas de los niños (son muy consentidores).

¿Qué puedo hacer para disminuir los berrinches?

No hay una técnica específica. Lo más importante es ver la causa y tratar de solucionarla juntos. Siempre invítalo a participar para la resolución del problema, esto hará que se sienta apoyado y aprenderá a realizar la tarea que no pudo o simplemente se sentirá acompañado. Si es hambre, dale de comer, si es sueño, hazlo dormir, etc.

¿Si no funciona?

Lo primero que debes hacer es mantener la calma, no compliques las cosas con tu propia frustración. Aquí te ponemos unos consejos:

1)    Distráelo. Preferentemente cambia la actividad que lo frustró por algo más llamativo. Recuerda, los periodos de atención de los niños son muy breves y fácilmente se distraen y olvidan.

2)    No lo regañes. Hay discusión entre no ponerle atención a un berrinche o decirle que está mal, tu pediatra te recomendará si ignorarlo está bien para tu hijo ya que el lo conoce muy bien. Como en la mayoría de las veces, el reforzamiento positivo es lo mejor. Cando haga las cosas bien, prémialo con un beso, una sonrisa o un abrazo (nunca con comida o juguetes) y en el momento del berrinche ponte seria y pregúntale si prefiere eso o un abrazo por dejar de hacerlo.

3)    Reconoce los límites de tu hijo. Nadie mejor que tú sabe los horarios de dormir, comer, descansar, etc. de tu hijo. No lo forces a rendir de más.

4)    Ponle tareas sencillas. Poco a poco ponle actividades para su edad y recompénsalo positivamente cuando las resuelva (esto te ayudará posteriormente cuando haga un berrinche como dice en el punto 2).

5)    Facilítale las cosas. Si ves que va a realizar una actividad no peligrosa, hácela más fácil.

6)    Muéstrale varias salidas. Enséñale varias opciones de como resolverán la situación, ya sea que se calme sólo o mandándolo a su cuarto a pensar. Si se calma sólo, dale un abrazo y dile que estás orgullosa, esto creará un reforzamiento positivo que se irá repitiendo.

7)    No des muchas explicaciones. Dile que no hablarás con tu hijo hasta que se calme. Esta forma de ignorarlo es muy útil, ya que le estás mostrando una forma de resolverlo juntos.

8)    Regla de oro. Nunca cedas a sus peticiones en base a un berrinche.

9)    No explotes. Si crees que estás en tu límite, déjalo en un lugar seguro y aléjate a un lugar calmado para que respires profundo y pienses claramente la solución.

¿Y si el berrinche  es por no poder hacer algo peligroso?

Tómalo firmemente de los hombros, míralo fijamente a los ojos y haz una pausa. Dile que no debe hacerlo. Debes ser firme y consistente al negárselo. Recuerda, la seguridad es primero y no hay excepciones.

¿Qué pasa cuando pierdo el control?

Si sumas tu frustración con la de tu hijo, harás más grande la frustración de él y será el cuento del nunca acabar. Respira profundo y piensa como resolverlo, sólo así aprenderá a tener autocontrol, sólo si tú lo tienes. El pegar o sacudir sólo empeorará las cosas.

¿Qué pasa cuando el berrinche es en público?

Al igual que cuando es en un lugar peligroso, no trates de resolverlo ahí, llévalo a un lugar tranquilo y aislado.

¿Qué pasa cuando el berrinche es por algo que quiere y no le corresponde?

Aquí si puedes emplear la técnica de ignorarlo, obviamente después de haberle explicado porque no se lo das. No des muchas explicaciones, con una simple seguida de tu seriedad es suficiente. Las explicaciones largas no sirven. Eso si, nunca lo pierdas de vista cuando decidiste no hacerle caso.

¿Qué pasa si me pega?

Nunca dejes que te pegue. Si tú le contestas la agresión, pensará que es la forma correcta de actuar cuando estamos enojados. Simplemente dile que no te gustó, con cara muy seria y no le hagas más caso. Eso sí, nunca lo pierdas de vista cuando decidiste no hacerle caso.

¿Sirve mandarlos a su cuarto?

Cuando ya están en edad escolar, sí. Mándalo el tiempo necesario para que se tranquilice y ambos piensen en una solución, que se tome el tiempo que él crea necesario (esto le dará confianza en su criterio).

¿Y si el papá llega de trabajar y lo recompensa con besos y abrazos?

Es muy frecuente. Deben de platicar como pareja de que un castigo impuesto por uno de ustedes, se respeta. Si alguien retrocede al regaño, tu hijo sentirá que ganó y volverá a hacerlo. Lo mejor es seguir con el reforzamiento positivo cuando las cosas se hayan calmado.

¿Se quitan con la edad?

Sí. Conforme tu hijo aprenda a manejar mejor sus emociones y a resolver situaciones difíciles, los berrinches serán cosas del pasado. Es muy importante que aprenda de ti la mejor forma de resolver la frustración, tú siempre serás su mejor ejemplo a seguir para el resto de sus vidas.

¿Qué pasa cuando los berrinches inician en edades escolares?

En todos los mayores de 4 años, lo primero que debemos descartar son problemas de aprendizaje que no se hayan diagnosticado o problemas de interacción social. En estos casos, tu pediatra es el indicado para iniciar evaluaciones.

Recuerda, lo más importante es reconocer el origen de los berrinches. La frustración puede venir de una influencia negativa en la escuela, clases, calle, vecinos, familiares, etc. Siempre platica con tu hijo desde edades tempranas, enséñale que ahí estás para escuchar sus historias. Conoce a todos los que lo rodean y ponte alerta de las malas influencias.

 

Artículo escrito por: Dr. Carlos Armenta

Pediatra – Neonatólogo – Mtro. Administración y Dirección de Hospitales

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